Alertas rojas: señales de implosión en
la economía global
El capitalismo global a la deriva
Por Jorge Beinstein
A fines de Mayo, durante la reunión del
G7 Shinzo Abe, primer ministro de Japón, anunció la proximidad de una gran
crisis global1, el comentario más difundido por los medios de
comunicación fue que se trataba de un alarmismo exagerado reflejo de la difícil
situación de la economía japonesa.
De todos modos no faltan los que admiten la existencia
de peligros pero en general los atribuyen a los desequilibrios financieros de
China, a la recesión en Brasil o a las turbulencias europeas. La situación en
los Estados Unidos suele merecer comentarios prudentes distantes de cualquier
alarmismo. Sin embargo el centro motor de la última gran crisis global (año
2008) fue la explosión de la burbuja inmobiliaria estadounidense, ahora los
expertos no perciben allí burbujas en plena expansión a punto de estallar sino
todo lo contrario: actividades financieras, industriales y comerciales
estancadas, crecimientos anémicos y otros señales al parecer tranquilizantes
que alejan la imagen de algún tipo de euforia descontrolada.
Pero es imposible ignorar la realidad. Los productos
financieros derivados constituyen la componente mayoritaria decisiva de la
trama especulativa global, solo cinco bancos de los Estados Unidos más el
Deutsche Bank han acumulado esos frágiles activos por unos 320 billones
(millones de millones) de dólares2 equivalentes a aproximadamente
4,2 veces el Producto Bruto Mundial (año 2015), eso representa el 65 % de la
totalidad de productos financieros derivados del planeta registrados en
diciembre de 2015 por el Banco de Basilea. Esa hiper-concentración financiera
debería ser una señal de alarma y el panorama se agrava cuando constatamos que
dicha masa financiera se está desinflando de manera irresistible: en diciembre
de 2013 los derivados globales llegaban a unos 710 billones de dólares, apenas
dos años después, en diciembre de 2015 el Banco de Basilea registraba 490
billones de dólares… en solo 24 meses se evaporaron 220 billones de dólares,
cifra equivalente a unas 2,8 veces el Producto Bruto Global de 2015.
No se trató de un accidente sino del resultado de la
interacción perversa, a nivel mundial, entre la especulación financiera y la
llamada economía real. Durante un largo período esta última pudo sostener una
desaceleración gradual evitando el derrumbe, gracias a la financierización del
sistema que permitió a las grandes empresas, los estados y los consumidores de
los países ricos endeudarse y así consumir e invertir. La declinación de la
dinámica económica de los capitalismos centrales pudo ser ralentizada (aunque
no revertida) no solo con negocios financieros, la entrada de más de 200
millones de obreros industriales chinos mal pagados al mercado mundial permitió
abastecer con manufacturas baratas a los países ricos y el derrumbe del bloque
soviético brindó a Occidente un nuevo espacio colonial: la Unión Europea se
amplió hacia el Este, capitales de Europa y de los Estados Unidos extendieron
sus negocios.
Así fue como los Estados Unidos y sus socios-vasallos
de la OTAN siguieron adelante con los gastos militares y las guerras, enormes
capitales acumulados bloqueados por una demanda que crecía cada vez menos
pudieron rentabilizarse comprando papeles de deuda o jugando a la bolsa,
grandes bancos y mega especuladores inflaron sus activos con complejas
operaciones financieras legales e ilegales. Los neolioberales señalaban que se
trataba de un “circulo virtuoso” donde las economías real y la financiera crecían
apoyándose mutuamente, pero la fiesta se fue agotando mientras se reducian las
capacidades de pago de los deudores abrumados por el peso de sus obligaciones.
La crisis de 2008 fue el punto de inflexión. En
diciembre de 1998 los derivados globales llegaban a unos 80 billones de dólares
equivalentes a 2,5 veces el Producto Bruto Global de ese año, en diciembre de
2003 alcanzaban los 200 billones de dólares (5,3 veces el PBG) y a mediados de
2008, en plena euforia financiera, saltaron a 680 billones (11 veces el PBG),
la recesión de 2009 los hizo caer: para mediados de ese año habían bajado a
590 billones (9,5 veces el PBG). Se había acabado la
euforia especulativa y a partir de allí las cifras nominales se estancaron o
subieron muy poco reduciendo su importancia respecto del Producto Bruto Global:
en diciembre de 2013 rondaban los 710 billones (9,3 veces el PBG) y luego se
produjo el gran desinfle: 610 billones en diciembre de 2014 (7,9 veces el PBG)
para caer en diciembre de 2015 a 490 billones (6,2 veces el PBG).
El aparente “circulo virtuoso” había mostrado su
verdadero rostro: en realidad se trataba de un círculo vicioso donde el
parasitismo financiero se había expandido gracias a las dificultades de la
economía real a la que drogaba mientras la cargaba de deudas cuya acumulación
terminó por enfriar su dinamismo lo que a su vez bloqueó el crecimiento del
globo financiero.
La primera etapa de interacción expansiva anunciaba la
segunda de interacción negativa, de enfriamiento mutuo actualmente en curso la
que a su vez anuncia la tercera de enfriamiento financiero marchando hacia el
colapso y de crecimientos anémicos,
estancamientos y recesiones suaves de la economía real
acercándose hacia la depresión prolongada, todo ello como parte del probable desinfle
entrópico del conjunto del sistema.
La financierización integral de la economía hace que
su contracción comprima, reduzca el espacio de desarrollo de la economía real.
El peso de las deudas públicas y privadas, la creciente volatilidad de los mercados
sometidos al canibalismo especulativo, grandes bancos en la cuerda floja y
otros factores negativos ahogan a la estructura productiva.
Por otra parte el sistema global no se reduce a un
conjunto de procesos económicos, nos encontramos ante una realidad compleja que
incluye una amplia variedad de componentes interrelacionadas (geopolíticas,
culturales, militares, institucionales, etc.), eso significa que la crisis
puede desencadenarse desde distintas geografías y focos de actividad social.
Por ejemplo un hecho político como la decisión del electorado de Gran Bretaña
de salir de la Unión Europea pudo haber sido el detonador tal como lo
anticipaba George Soros que esperaba un “Viernes negro” seguido por una
reacción en cadena de turbulencias fuera de control si el jueves 23 de Junio
triunfaba el Brexit3, el desastre no se produjo pero pudo haber
ocurrido... aunque el sacudón fue bastante fuerte4.
Podría ser una ola de protestas sociales en Europa más
extendida y radicalizada que la ocurrida recientemente en Francia o el derrumbe
del Deutsche Bank que acumula papeles volátiles por unos 70 billones de dólares
casi equivalentes al Producto Bruto Mundial5. También la economía
italiana ofrece su cuota de riesgos, afectada por la degradación acelerada de
los bancos acorralados por los impagos de sus deudores que sumaban en marzo de
2016 unos 200 mil millones de euros (equivalentes al 12 % del Producto Bruto
italiano)6. Y por supuesto Japón aparece como un importante
candidato al derrumbe con una deuda pública de 9 billones de dólares que
representa el 220 % de su Producto Bruto Interno, no ha conseguido salir de la
deflación y sus exportaciones pierden competitividad7.
Los Estados Unidos centro de la economía global (sobre
todo de su hipertrofia financiera) es naturalmente el motor potencial de
futuras tormentas globales. Allí se han ido acumulando en los últimos meses las
señales recesivas: desde la persistente tendencia a la baja en la producción
industrial desde fines de 20148,
hasta el ascenso continuo de deudas industriales y comerciales impagas (que ya
han alcanzado el nivel de fines de
2008 – aumentaron casi un 140 % entre el último
trimestre de 2014 y el primer trimestre de 2016)9, pasando por la
caída del conjunto de ventas (mayoristas, minoristas e industriales) al mercado
interno desde el último cuatrimestre de 201410 y de las exportaciones desde noviembre del mismo año11.
A ello debemos agregar una deuda pública nacional que
sigue aumentando, ya ha superado la barrera de los 19 billones de dólares (casi
106 % del PBI) que sumado a las deudas privadas llega a los 64 billones de dólares
(3,5 veces el PBI de 2015)12,
y también claras señales de deterioro social como el hecho de que unas 45
millones de personas reciben actualmente ayudas alimentarias por parte del
Estado13, la agencia
encargada de monitorear los programas alimentarios gubernamentales, FRAC por su
sigla en inglés, señalaba en su último informe que “más de 48,1 millones de
estadounidenses viven en hogares que luchan contra el hambre”14.
Para un creciente número de expertos, sobre todo los
especialistas en temas financieros el interrogante decisivo no es si la crisis
se va a producir o no sino cuando va a ocurrir. Para algunos podría tomar la
forma de un estallido financiero al estilo de lo ocurrido en
2008 o en anteriores eventos de ese tipo, para otros
lo que está por llegar es una gran implosión del sistema.
Caben dos hipótesis extremas, la primera de ellas es
que la acumulación de deterioros debería generar tarde o temprano un salto
cualitativo devastador, la historia del capitalismo está marcada por una
sucesión de crisis de distinta magnitud, mirando al pasado sería razonable
suponer un desenlace bajo la forma de hiper crisis.
La segúnda hipótesis es que la pérdida de dinamismo
del sistema no es un fenómeno pasajero sino una tendencia pesada que obliga a
superar la idea de gran turbulencia repentina, de tsunami arrasador e
introducir el concepto de “decadencia”, de envejecimiento prolongado, de
degradación civilizacional, lo que no excluye las crisis sino que las incorpora
a un recorrido descendente donde el sistema se va apagando, desarticulando,
caotizando, perdiendo vitalidad, racionalidad.
Larry Summers, ex Secretario del Tesoro de los Estados
Unidos, relanzó recientemente con gran repercusión mediática la teoría del
“estancamiento secular” según la cual las grandes potencias tradicionales están
ingresando en una era de estancamiento productivo prolongado arrastrando al
conjunto del sistema global15,
recuperaba de ese modo las ideas de Alvin Hansen expuestas en plena crisis de
los años 1930. Por su parte
académicos importantes como Robert Gordon16, Tyler Cowen17 o Jan Vijg18 apuntalaban ese punto de
vista desde la visión de la ineficacia creciente del cambio tecnológico en términos
de crecimiento económico, este último planteando el paralelismo entre la
decadencia estadounidense y las del imperio romano y de China en la era de la
dinastía Qing (entre mediados del siglo XVII y comienzos del siglo XX). En los
años 1970 cuando se iniciaba la larga crisis global que llega hasta nuestros
dias Orio Giarini y Henri Loubergé por entonces en la Universidad de Ginebra
habían elaborado la hipótesis de los “rendimientos decrecientes de la
tecnología” a partir del procesamiento de una gran masa de información empírica19, por su parte el
historiador Fernand Braudel señalaba que la gran crisis de esa década era el
comienzo de una fase cíclica descendente de larga duración20. Desde una visión marxista Roger Dangeville, también
en esa época, afirmaba que el capitalismo en tanto sistema global había
ingresado en su etapa senil21,
yo retomé esa hipótesis desde fines de los años 199022 que más adelante fue asumida por Samir Amin23 y otros autores.
Ahora las señales de alarma se multiplican, desde desajustes
financieros graves hasta perturbaciones geopolíticas cargadas de guerras y
desestabilizaciones, desde crisis institucionales hasta declinaciones
económicas. Los comentaristas occidentales se maravillaban en los años 1990
ante el espectáculo de la implosión de la URSS, es probable que dentro de no
mucho tiempo empiecen a horrorizarse ante desastres mucho mayores centrados en
Occidente.
Notas:
1 Philippe Mesmer, “L’alarmisme de Shinzo Abe surprend le G7”, Le Monde,
26.05.2016.
2 Tyler Durden, "Is
Deutsche Bank The Next Lehman?", Zero Hedge, http://www.zerohedge.com/news/2015-06-12/deutsche-bank-next-lehman
Michael Snyder, "Financial Armageddon Approaches", INFOWARS, http://www.infowars.com/financial-armageddon-approaches-u-s-banks-have-247-trillion-dollars-of- exposure-to-derivatives/
3 Antoine Gara, "George Soros Says
Brace For 'Black
Friday' If Brexit Vote Succeeds", Forbes,Jun 21,
2016, http://www.forbes.com/sites/antoinegara/2016/06/21/george-soros-says-brace-for-black-friday-if- brexit-vote-succeeds/#7e295d543a89
4 Wolf Richter, "European Banks
Get Crushed, Worst 2-Day Plunge Ever, Italian Banks to Get Taxpayer Bailout, Contagion Hits
US Banks",
Wolf Street, June 27, 2016, http://wolfstreet.com/2016/06/27/european-banks-get-crushed-worst-2-day-plunge-ever-italian-banks-to- get-taxpayer-bailout-contagion-hits-us-banks/
5 Michael T. Snyder, "Will Deutsche Bank Survive This Wave Of Trouble Or Will It Be The Next Lehman Brothers?", Smarter Analyst, May 23, 2016, http://www.smarteranalyst.com/2016/05/23/will-deutsche- bank-survive-this-wave-of-trouble-or-will-it-be-the-next-lehman-brothers/
6 Jeffrey
Moore, “Will Italian banks
spark another
financial
crisis?”, Global Risk Insights, March 7, 2016.
7 Takashi
Naakamichi, "Japan emerges
as key victim in fallout from Brexit", Market Watch,June 27, 2016.
8 U.S. Board of Governors of the Federal Reserve System, “Industrial
Production and Capacity Utilization”.
9 Worlf Richter, "Business
Loan Delinquencies Spike to Lehman Moment Level",
May 19, 2016, http://wolfstreet.com/2016/05/19/delinquencies-of-commercial-industrial-loans-spike/
10 FRED
- Federal
Reserve Bank of St. Louis, Total Business Sales.
11 U.S. Census
Bureau, “U.S. International Trade in Goods and Services”.
12 FRED
- Federal Reserve Bank
of
St. Louis, All
Sectors; Debt Securities
and Loans.
13 United States
Department of Agriculture, Food and Nutricion Service.
14 FRAC, Food Research & Action Center, "U.S. Makes Progress Addressing Food Hardship, but One in
Six American Households Still Struggle to Put Food on the Table", June 30, 2016, http://frac.org/u-s- makes-progress-addressing-food-hardship-but-one-in-six-american-households-still-struggle-to-put-food- on-the-table-report-finds/
15 Laurence. H. Summers, "Reflections on the New Secular Stagnation Hypothesis", Secular
Stagnation:Facts, Causes, and Cures, CEPR Press, 2014.
16 Robert J. Gordon, “Is
US Economic
Growth over? Faltering Innovation confronts the six Headwinds”,
NBER Working paper series, 18315, August.2012."The turtle’s progress: Secular
stagnation meets
the
headwinds", Secular
Stagnation:Facts, Causes, and Cures, CEPR
Press, 2014.
17 Tyler
Cowen, "The Great Stagnation", Dutton, 2011.
18 Jan Vijg,"The American Technological Challenge: Stagnation and Decline in the 21st Century", Algora
Publishing, 2011.
19 Orio Giarini y Henri Loubergé,"La
Civilisation technicienne à la dérive.Les
rendements
décroissants
de
la technologie", Dunod, Paris, 1979
20 Fernand Braudel, “Civilisation
matérielle, économie et capitalisme, XVe XVIIIe
Siècle”, tome I, Armand
Colin, Paris, 1979.
21 Roger
Dangeville, “Marx-Engels. La crise”, Editions 10/18, Paris
1978
22 Jorge Beinstein, “La larga crisis
de
la economía global”, Corregidor, Buenos Aires, 1999 y “Capitalismo
senil. A grande crise da economia global”, Record, Rio de Janeiro, 2001.
23 Samir Amin, “Au-delà du capitalisme sénile”, PUF, Paris,
2002.